Todo empezó como un hobbie y de casualidad, a un par de calles de mi casa, hay una escuela técnica de diseño de modas y a la cual me metí para aprender un poco de algo que desde pequeña vi hacer a mi madre y a mi abuela. Sé que suena un poco ñoño, pero algo tienes que hacer entre semana si la preparatoria la terminas los sábados.
La carrera técnica fue un poco pesada, todo el tiempo patronas, coses, bordas, dibujas, pero aún así después de 3 años la concluí y comencé a trabajar por mi cuenta entre conocidos y recomendaciones, pero a pesar de que me agradaba y me iba bien, había algo que no me hacia sentir completa y fue entonces cuando un año después de concluir la carrera técnica encontré una universidad que tenía la carrera, no cobraba colegiaturas exorbitantes y con un plan de estudios bastante completo, y es así como continue con mi preparación, ya no sólo confeccionaba y copiaba vestidos, ahora te adentrabas a las tendencia, a la historia, el visual merchandising, la parte administrativa, creación de colección, accesorios y un sin fin de cosas que poco a poco han ido llenado ese pequeño vacío, no ha sido fácil, muchos cafés y noches de desvelo son testigos de ello, pero ha valido la pena, ya que todo ello me da la confianza para intentar emprender algo más grande que sólo coser entre conocidos.
En fin, eso que empezó como hobbie se convirtió en algo a lo que me dedicaré toda la vida, se debe tener mucha paciencia y dedicación, pero al ver los resultados se que vale la pena, me encanta mi carrera y la recomiendo al 100%, no sólo es coser y vestirse bonito o extraño, según sea el caso, lo que más me gusta es que la creatividad siempre está presente y que la misma carrera te permite desarrollarte y explotar todo tu potencial tanto laboral como personal.
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